lunes, 10 de junio de 2013

Y poco a poco se empieza a colorear…



La máquina de escribir ha sido el único objeto que ya vivía en la casa y que ha permanecido todo el tiempo, siendo testigo de todo lo que ha acontecido desde el momento en que la compramos.  Moviéndose de un sitio a otro, por diferentes manos, hasta que finalmente, este fin de semana le hemos asignado un lugar principal, que junto a los muros de piedras nos recuerdan que antes estuvieron otros.









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