Cuando
era pequeña arrancaba las anillas de las latas repitiendo mentalmente el
abecedario. Movía la anilla de un lado a otro: A, B, C, D….. Decían que el
nombre de tu futuro novio empezaría por la letra en la que se desprendía.
La
verdad es que poco se dejaba al azar y se hacía alguna trampilla. Cada uno movía la anilla con la intensidad
necesaria para que se separase justo al cantar la letra por la que empezaba el nombre
del que le gustaba: tirando con todas sus fuerzas al final, si era de los del
principio, o moviéndola suavemente, si su nombre era Pepe o Paco…
La anilla que
empezaba por el nombre del chico de tus sueños la guardabas. El resto, para la
basura.
Pero
hay gente que se debía dedicar a recoger esas anillas, y ahora son capaces de hacer estas cosas,
con estos materiales.
Luego
los hay un poco frikis, como el japonés OniMushaKid
Y
para terminar, una silla con premio. La “A la lata lounger” del colombiano
Carlos Alberto Hoyos Montaña. Diseñador industrial que recicla para crear. En
esta ocasión, nada más y nada da menos que utilizó 1.739 anillas, que le
valieron para que su silla fuese seleccionada por la revista Inhabitat, como
una de las cinco mejores hechas con basura en 2007.
Por
cierto, hablando de ecología y reciclaje. Ayer por la noche vi el documental “No
Impact Man”, en el que Colin Beavan y su familia nos muestran, como durante un
año procuran ser lo más respetuosos con el medio ambiente, comprando comida
únicamente en los mercados locales, desplazándose en bicicleta o patinete, regalando
la televisión, utilizando las escaleras,
reutilizando la ropa e incluso viviendo sin electricidad.
Os dejo el link del blog y el enlace al documental. No os lo perdáis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario