La madeja
cayó en medio de la plaza y empezó a rodar entre la gente, soltando el hilo.
-“Sólo hay
que seguir el camino dejado y llegarás al triángulo. El camino es
largo y con pruebas, pero la recompensa será enorme.”
Y con esa
ilusión, comenzamos a andar sin dejar de mirar el suelo.
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