Comiendo en
Madrid, en la tercera planta del Mercado de San Antón, me fijé que sus obreros
también eran grafiteros y decidieron cubrir las paredes con cristal para que
todo el mundo pudiese disfrutar de ese “arte constructil”. Yo he inmortalizado
los míos en fotografías, porque no soy tan moderna y me los voy a cargar.....
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