Sorprenden a un conductor con un maniquí como copiloto en el carril Bus-VAO de la A-6
El amor es ciego, y ¿por qué no voy a poder ser amigo de un maniquí? A mí me hace compañía. Nada más levantarme me voy a la cocina y me espera allí sentado. Le hablo mientras preparo el desayuno y con su mirada parece decirme que me entiende. Luego toca vestirlo. La suerte es que tenemos la misma talla y mi ropa le sienta bien. Nunca repite modelo, porque me gusta verlo diferente.
Nos vamos a trabajar y lo siento a mi lado para seguir charlando mientras comentamos la tertulia e intentamos arreglar el país.
Definitivamente, no tengo porque convencer a nadie de que el maniquí es mi amigo, y la verdadera amistad comienza cuando acaba el interés....
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