miércoles, 30 de mayo de 2012

La tienda en casa

            Cuando hago zapping y paso por los canales de la teletienda he de decir que me atrapan. Directamente me quedo ojiplática, a penas pestañeo (que para eso me vienen muy bien las lentillas), la boca se me queda entreabierta, y la cara trasmite medio asombro medo estupor. He de reconocer que hasta la fecha he logrado controlarme y aun no he comprado ningún producto, pero sé que cuando empiece no pararé porque viendo los anuncios me los compraría casi todo, para hacer mi vida más fácil.
              Es como cuando éramos pequeños, estoy viendo cada uno de los anuncios y mi cabeza repite: sipi, sipi, sipi, el sujetador Comfortisse Bra NOPI, sipi, sipi….
               Creo que a todo el mundo le pasa más o menos los mismo. A alguno se le queda cara más de imbécil, pero por la cabeza a todos nos pasan los mismos pensamientos. Hasta los niños pequeños se quedan hipnotizados. No hace mucho mis cuñados encontraron a su hija pequeña con la misma cara que se me pone a mi siempre,: ojos de dibujo chino sorprendido, boca abierta donde podrían entrar todas las moscas del mes de agosto y después de ver un anuncio, animó a su padre a comprarse la “Aluma Wallet”, esa  maravillosa cartera resistente a todo y que “¡Cabe en el bolsillo!”, que yo me pregunto llegados a este punto ¿Qué cartera no entra en un bolsillo? Si no entra en un bolsillo y es necesario llevar mochila para hacer la compra en el supermercado no  se llama cartera, se llama portafolios, y con folios, hasta el momento, no se puede comprar nada. Y es que esa maravilla es resistente al agua y hasta a una rueda de un coche y “evita las frecuencias que puedan dañar sus tarjetas de crédito”, eso fue lo que me convenció a mí, porque no hay tarjeta que resista la magnetización dentro de mi bolso. No sé al resto pero o mi teléfono emite una frecuencia altísima o es que mi cartera deja traspasar todo, todo, y todo.

                    

                Así que he decidido contaros lo que se me pasa por la cabeza con cada producto que veo y que por una cosa u otra me compraría un día de bajón. Hoy le toca a mi preferido el “Silver Sonic XL”, ese aparato que lleva Marichalar a todas partes, y es que al principio, cuando veía a Don Jaime paseando por la calle con sus hijos con aquello en la oreja, llegué a pensar que tenía una gran vida social (que no dudo que la tenga) y estaba pegado al manos libre todo el día, hasta cuando estaba en el parque con sus retoños, pero cuando en la Tiendaencasa descubrí el Silver Sonic XL, salí rápidamente de dudas y me di cuenta que el “discreto” aparato de Don Jaime no era otro que el que anunciaban en ese momento en la tele, nada más y nada menos, porque como fashionista que es como va a perderse, kilómetros a la redonda, ningún comentario tipo “has visto los pantalones tan cool que lleva el duque” “Es tan juvenil y moderno que podría salir en el anuncio de bolsos de Loewe”.


 
                Y es que es empezar el anuncio y ver esas caras tan sonrientes diciendo lo “increíble” que es el aparatito, que hasta puedes “escuchar sonidos que otras personas no pueden”. Llegados a este punto, deciros que yo también escucho sonidos que otros no pueden. Yo digo que escucho-mucho. Nosé si es porque veo-poco, pero creo que he desarrollado el oído de forma sorprendente y muchas veces tengo que empezar a tararear algo nanana nana nana nana, para no oir conversaciones a través de las paredes. Cuando era pequeña sí que me gustaba enterarme de lo que hablaban en el piso del abajo, sobretodo porque mi vecino era amigo del chico mayor que le gustaba a mi amiga, y para luego contarle a ella  en el colegio cualquier novedad, así que lo que hacía era llenar la bañera y meterme enterita, cabeza incluida, y mientas aguantaba la respiración se escuchaba perfectamente las conversaciones del piso de abajo, aunque realmente nunca sacaba nada “importante” que contarle a mi amiga, pero que bien me hubiese venido tener un Silver Sonic en esos momentos….


              Siguiendo con el anuncio, lo que más me gusta y maravilla es la conversación que tienen dos personas en una recepción tipo la de Ferrero Rocher, en la que una chica le comenta a su compañero: “Juan es muy simpático ¿verdad?. Espero que se esté divirtiendo con su fiesta.”, y al otro lado de la habitación se ve a Juan todo sonriente asintiendo con su discretísimo aparato en la oreja. La cosa no se queda ahí y nos hablan de su elegante diseño y su ergonomía, que si os fijáis bien, el mecanismo de funcionamientos es tan sencillo y moderno, como el de las pequeñas radios que regalaban con todo, con una pestañita tipo mechero, de off-on, y una ruedecita para el volumen, nada de tecnología Ipod que eso se estropea en nada, tecnología walkman de toda la vida, que todos tuvimos uno. Todo ello en plástico (de toda la vida) pegado con loctite (de toda la vida). Y el anuncio continua mostrándonos lo útil que es un Silver Sonic XL en nuestras vidas: que si vas de caza escuchas el animal antes que nadie, que si estas en el jardín oyes el timbre de la puerta como si estuvieses sentado al lado esperando que el cartero vuelva a llamar. En fin, una maravilla de la tecnología puesta a disposición de cualquiera de nosotros para hacernos la vida más fácil. Quién se va a resistir a ese producto y a ese precio. Nada de aparatos auditivos minúsculos que se adaptan al oído y que para cambiarle la pila hay que tener un master, donde esté el Silver Sonic con sus dos pilas alcalinas de 1,5 v que se quite lo demás.

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