martes, 29 de mayo de 2012

Slayer y las cantareiras

Y seguimos con los sueños….
Hace un año, más o menos, me levanté con una carcajada. Me habían hablado los días anteriores de que había concierto de Slayer, “que si voy a ir, que si es de tralla…”luego comprobé en el trabajo los “efectos” del concierto en gente que había ido y volvía  llena de moratones de saltar todo el rato, pero que lo habían pasado como nunca, así que yo solita llegué a unas conclusiones: Slayer: grupo de melenudos (alguno no), arriba y abajo cabezas, saltos por toda la pista, gritos y más gritos, vestimenta de color negro, y cuernos cuernos con el brazo  arriba, guitarras al aire y sudores de unos y otros. Así que un día me fui a cama y los conocí. No dentro de la cama, pero si dentro de mi cabeza.


“6:00 PM, 5 horas antes del acontecimiento. Aeropuerto cercano. Visión: un grupo de cantareiras de una media que ronda los  75 años de edad. Entre ellas una jovencita (no tanto). Todas  con el traje regional y una favorecedora pañoleta anudada  a lo Doña Rogelia.
6:05 PM Un avión a escasa altura sobrevuela el aeropuerto (y son pocos los que se ven durante el día). “Son ellos” se escucha.
6:35 PM Por una escalinata descienden un grupo de melenudos vestidos de negro.
6:36 PM El grupo de cantareiras aligera el paso pandereta en mano.

6:38 PM “Una, Dos y Tres”. Un chorro de voz sale por la boca de las cantareiras que acompañan su voz con la pandereta.
Los Slayers encantados aplauden al son de la música y menean sus cabelleras. En la lengua de cervantes, comento aspectos con Slayer-jefe, muy majo que nos invita a subir al escenario en el concierto. Sin duda se ha quedado asombrado con nuestra música y nuestra ropa, “nunca se me olvidará este momento” me dice en su idioma que es el mío.

23:32 PM Las cantareiras subimos al escenario y comenzamos a mezclarnos con el grupo. Con los primeros movimientos de muñeca se oyen las primeras ovaciones. Termina el tema y las cantareiras y Slayer, tienen un éxito sin precedentes.
Slayer decide llevarnos de giras “Las Cantareiras de Slayer”.

Y así fue como conocí a Slayer en la cama, a todos ellos, yo luciendo  pañoleta en la cabeza y tocando una pandereta.

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