Esponjas

Porque son el futuro y son una esponja que absorben todo lo que ven y escuchan, hay que ser ejemplo para ellos.

 

Luego hay cosas que son inevitables.  Que no es que sean mal ejemplo pero hay que tener mucho cuidado, y lo dice una imitadora nata. Cuando era pequeña yo también me fijaba en lo que hacían los mayores, así que con 5 años, no tuve mejor cosa que hacer que subirme a  una silla, coger la espuma de afeitar del cuarto de baño, echármela por la cara,  coger la  cuchilla de afeitar de mi padre y pasármela por los labios...Aquello empezó a sangrar y a sangrar sin parar (no hagan la prueba pero ya les digo que sangra mucho) y el  dolor de las pielecillas levantadas, era punzante. Cogí papel higiénico y lo puse encima, que se me quedó pegado como una segunda piel en las pielecillas y salí corriendo al jardín y gritando, que mi vecino vino rápidamente a mi auxilio y aún recuerdo hoy  su cara entre espanto e interrogación, intentando imaginar que era lo que había hecho.

 

También hay que tener mucho cuidado con las lentillas. Todo miope que se rodea de niños pequeños bajo ningún concepto,  nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, debe hacer el cambio de lentillas delante de ellos. Y es que mi padre ya no usa lentillas, pero cuando yo era pequeña hubo una temporada que lo intentó. No eran las lentillas de ahora casi transparentes. Eran duras y había que hacer todo un proceso de limpiado antes de ponerse una en el ojo. Cada día veía como lo hacía, así que un día en el colegio, cogí el compás y corté un trozo de forro del libro texto del tamaño aproximado a una lentilla. Lo coloqué en la yema del dedo índice, con la otra mano mantuve abierto el ojo y procedí a colocar la lentilla-forro y SORPRESA!; nada de visión biónica ni parecida.  Me empezó a escocer el ojo sin parar y no era capaz de abrirlo de nuevo para sacarme ese trozo de plástico asqueroso que no paraba de rascarme e irritarme todo el globo ocular.

Lo dicho, cuidado con lo que dicen y hacen. Derrochen amor que eso es muy bueno para  todos.